​1. La Sabiduría es la Herramienta Suprema del Pensamiento

 

Para Ramiro Iboa, la sabiduría no es simplemente conocimiento acumulado o información almacenada. Es una herramienta viva, un instrumento espiritual que permite al pensamiento humano funcionar con orden, sentido y claridad. El pensamiento se vuelve verdadero cuando se expresa en palabras que identifican y determinan. La sabiduría da dirección, estructura y luz al razonamiento. Es el ojo del entendimiento.

 

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2. El Fin de la Sabiduría: Comunicar el Evangelio de Salvación

 

Aunque la sabiduría también puede incluir riquezas, honores y fama —como se ve en la vida de Job y Salomón—, su meta más alta no es el éxito personal, sino la comunicación del evangelio eterno. En el pensamiento de Ramiro, predicar, enseñar, testificar y proclamar la salvación en Cristo es la razón última de toda sabiduría. Los sabios no son los que saben mucho, sino los que comunican la verdad que salva.

 

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3. Pensamiento Traspasado: Identidad y Negación Revelan la Realidad

 

Uno de los aspectos más profundos del pensamiento de Ramiro Iboa es lo que él llama pensamiento traspasado. Es decir: cuando algo se afirma, se niega su opuesto, y esa negación revela algo superior. Por ejemplo: “La vida es hermosa, no es fea” implica que “la vida no es fea”. Esa negación no es vacía: afirma una identidad finita. Pero al hacerlo, también se revela lo que verdaderamente es: la hermosa, lo santo, lo eterno. Así, Ramiro entiende que el pensamiento verdadero se mueve entre afirmación y negación, en un devenir que revela la realidad.

 

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4. El Lenguaje como Juicio, Creación y Revelación

 

En la visión de Ramiro, hablar no es simplemente usar palabras. Hablar es emitir un juicio, crear realidad, revelar lo que es y lo que no es. Por eso presta tanta atención a frases como la de Job: “Perezca el día en que nací”. Job 3:3 es el Fundamento del Pensamiento. Esta declaración es un juicio sobre el tiempo, una decisión del pensamiento que crea una relación con el pasado. Para Ramiro, cada palabra tiene peso ontológico: crea el ser o declara la nada. El lenguaje es la actividad central del pensamiento humano y del alma.

 

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5. La Biblia como Manual del Alma y del Pensamiento

 

Para Ramiro, la Biblia es mucho más que un libro sagrado: es el manual que describe cómo funcionan el pensamiento humano, el alma, el tiempo y la existencia. Especialmente el libro de Job, que para él es el más antiguo de todos, contiene sabiduría pura, no contaminada ni corrompida por el pecado. Job —dice Ramiro— es más sabio que Salomón, porque su sabiduría es santa, mientras que la de Salomón estuvo mezclada con idolatría. En Job se encuentran el principio de identidad, justicia, juicio y el lenguaje como manifestación del ser.

 

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6. La Sabiduría no Proviene de la Escuela, sino de la Revelación y la Experiencia

 

Ramiro Iboa lo dice claramente: “No fui a la escuela; soy campesino.” Pero eso no le impidió convertirse en un pensador profundo. De hecho, para él, la verdadera sabiduría no nace de un título, sino de una revelación. Es la luz interior, el entendimiento que viene de Dios, lo que nos permite organizar nuestros pensamientos y hablar con poder. Su vida es testimonio de que la sabiduría es un don que se recibe y se cultiva en un corazón dispuesto.

 

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7. Lo Finito Revela lo Infinito

 

En su pensamiento hay una ley fundamental: “Las cosas finitas permiten explicar lo infinito.” Por eso utiliza constantemente analogías: el agua para hablar de la bendición, la luz para hablar del entendimiento, el semen para hablar de la Palabra. Nada en la creación es neutral: todo puede ser usado para explicar la verdad eterna, si se entiende cómo funciona el pensamiento con las palabras.

 

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Conclusión: La Sabiduría como Camino, Arma y Destino

 

Ramiro Iboa ha descubierto un principio eterno: la sabiduría es el camino para comprender el ser, la herramienta para comunicar la verdad y el destino de todo pensamiento verdadero. Con ella se puede hablar con autoridad, enseñar con claridad y predicar con poder. No es un privilegio de unos pocos, sino un llamado para todos los que aman la verdad. Y Ramiro lo demuestra con su vida, sus palabras y su pensamiento.